Empujones, gritos y molestia provocó anoche una supuesta sobreventa de boletos para el concierto de la banda británica Arctic Monkeys, realizado en la explanada del Estadio Azteca.
Más de 17 mil personas con boleto pagado debieron esperar una hora con 40 minutos a que el grupo apareciera en el escenario, lo que encendió aún más los ánimos de los asistentes.
El problema se inició cuando cientos de personas con boletos del área preferencial no pudieron llegar a sus lugares, pues la zona ya se encontraba saturada.
Ante ello, jóvenes empezaron a empujarse contra las vallas que delimitaban la zona, lo que provocó roces con personal de seguridad privada y de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina.
A las 23:15 horas, la zona saturada se abrió para un número adicional de personas, pero no todas las que portaban boleto para esa área pudieron entrar. En las pantallas se emitían anuncios en los que se llamaba a la calma.
Tras lo ocurrido, el concierto se inició a las 23:40 horas, a pesar de que estaba programado para las 22:00 horas. Al cierre de este edición, Excélsior acudió a uno de los puestos de atención médica instalados en la explanada del estadio con el fin de obtener información sobre la posibilidad de que el desorden hubiera dejado personas heridas, pero la información fue negada, aunque fue posible observar a personas trasladadas en camilla.
Al salir al escenario, la banda agradeció en español la paciencia del público.
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